Por todas es sabido lo importante que es la prevención en las enfermedades relacionadas con la mujer como el cáncer de útero, cáncer de mama… Y dentro de esta prevención podemos englobar realizarse estudios periódicos, ayudarnos con complementos alimentación, llevar unos hábitos de vida saludables, y tener una alimentación equilibrada. Todo es igual de importante en la prevención del cáncer o de cualquier otra enfermedad. Ya que las enfermedades aparecen por un desequilibrio en nuestro organismo.
En el caso del cáncer de mama y de cuello de útero, muchos de ellos tienen un plus, y es el exceso estrogénico. Las mujeres tenemos estrógenos, hasta ahí todo normal, el problema viene cuando nuestro hígado y nuestro intestino no eliminan bien estas hormonas. Por lo que se vuelven al torrente sanguíneo y provocan esta condición, se ha demostrado que este exceso tiene una función importante en el desarrollo de este tipo de cáncer.
Otro sustrato que puede ayudar a que el cáncer se desarrolle más rápidamente es la inflamación crónica de bajo grado. Ésta puede ser provocada por diferentes episodios, entre ellos el que más se repite es la resistencia a la insulina y la diabetes. Por lo que en este caso la alimentación y una vida sana tiene un papel fundamental.
Y el estrés no se queda atrás, ya que se ha visto que unos niveles de estrés elevados y sostenidos en el tiempo, lo que llamamos un estrés crónico, también es un factor que puede desencadenar inflamación sistémica.
Si además tenemos la mala suerte de tener un sistema inmunológico deprimido, estamos poniéndolo muy fácil a que las células cancerígenas.
Y por último y lo más importante, tener una predisposición genética al cáncer, por supuesto.
Es esencial tener en cuenta que todo suma y que todo ayuda a que una enfermedad se desarrolle antes o después.
¿Qué pautas hemos de tener en cuenta para prevenir estas patologías?
Tener un sistema inmunológico fuerte y sano.
- Y aquí juega un papel importante la alimentación. Crear habitos saludables, reduciendo o eliminando las grasas saturadas de nuestra vida, eliminar el azúcar y olvidarnos de los alimentos procesados. Y como comentaba antes, intentar también a través de nuestra alimentación, eliminar esa inflamación sistémica. Podemos encontrarnos alimentos que nos mejoren esa inflamación como el pescado azul, grasas saludables (aceite de oliva virgen extra), los vegetales (brócoli, coliflor, aguacate, espárragos, cebolla, ajo…), las semillas y los frutos secos son una opción muy saludable a los snacks (nueces, chía, semillas de lino…), frutas (arándanos, frambuesas, grosellas, uva negra…) y aprovecharnos de las especias y las hierbas que nos ofrece la naturaleza como la cúrcuma, jengibre, orégano, tomillo…
- Evitar los alimentos que son proinflamatorios como la carne, especialmente la carne rica en grasa, y no abusar de la carne roja. Reducir los aceites más inflamatorios como el aceite de girasol o maíz, mantequilla o margarina. Y huir de los cereales blancos, siempre recurrir a los compuestos, los integrales (pan, pasta, arroz…)
- Reducir el estrés, practicando técnicas de meditación, por ejemplo, en nuestro centro Onêt (Atelier del bienestar), un pilar fundamental de nuestro Programa Integral Hormonal es la práctica de la Meditación Mindfulness. Ya que se ha demostrado científicamente que la práctica de este tipo de meditación mejora la respuesta del sistema inmunológico, mejora el funcionamiento de nuestro intestino, reduce el cortisol y mejorar el dolor físico y emocional. Si la meditación no es lo nuestro, podemos recurrir al yoga, o simplemente darnos el permiso de tener un espacio de tiempo cada día para nosotras mismas, para pasear, hacer aquella actividad con la que disfrutemos o estando en contacto con la naturaleza (a tener muy en cuenta).
- Gestionar las emociones. El rencor, la rabia, el miedo, los traumas no superados… quedarnos a vivir en las emociones negativas, solo nos hace daño, alterando nuestro sistema inmunológico, deprimiéndolo.
- La actividad física, el ejercicio, debe formar parte de nuestra rutina si queremos tener una salud de hierro. Y no todos los ejercicios físicos son para todas, ojo, porque dependiendo de la base de la que partamos es más recomendable un ejercicio aeróbico o un ejercicio de fuerza, por ejemplo. Y no excederse es importante, ya que realizar a diario un ejercicio extenuante demasiado tiempo puede provocar el efecto contrario al que buscamos.
- Los tóxicos. Estamos rodeados de tóxicos…y esto es difícil de eliminar de nuestras vidas, pero sí podemos elegir qué entra en nuestra casa, o qué nos ponemos en nuestra piel, por ejemplo. Busquemos siempre libres de tóxicos para así no alterar más a nuestro sistema hormonal. Y obvio que los tóxicos que todos conocemos (tabaco, alcohol, drogas…) también son nefastos para nuestro organismo.
Predisposición del organismo ante las enfermedades
Nadie sabe si desarrollará un cáncer o no, podemos tener una predisposición, pero también está en nuestra mano ayudar a su desarrollo o no. Justamente eso es lo que demuestra la epigenética, donde que hay genes que se activan y otro no. Todo va a depender de lo que hacemos en nuestra vida y de seguir estilos de vida saludables (y debemos incluir todo lo que he comentado anteriormente). Así que es nuestra responsabilidad tomar todas las medidas necesarias para obtener los mejores resultados y detectar enfermedades.
Y por último un consejo, en el caso de que nos toque y tengamos que pasar por un cáncer. Recomiendo que se pongan en contacto con profesionales de la salud integrales para prevenir las enfermedades cronicas. Son profesionales que te orientarán y te ayudarán a tener unos niveles de vitaminas, minerales, aminoácidos, proteínas… en las mejores condiciones. Para así estar más fuertes para la lucha, y en el caso de tener niveles bajos de estos parámetros suplementarse con nutracéuticos naturales y seguir las pautas del especialista integrativo, para así poder tener una visión más amplia de la enfermedad.
Y si ese profesional tiene la formación como para trabajar con ese hígado que no detoxifica correctamente, y se puede mejorar la pared intestinal. Y por tanto la microbiota, entonces, os aseguro que todo será mucho más fácil.