Lo vemos a diario en nuestra sociedad, en nuestro día a día, la infertilidad cada vez está más presente en los hogares españoles. Y ha venido para quedarse y para ir a peor… ya va a peor porque cada vez estamos más alejados de nuestros ciclos de vida, de la naturaleza… cada vez más cercanos al estrés crónico, a los tóxicos con los que convivimos a diario. A los malos hábitos de vida, a dormir mal, hacer poco ejercicio, comer regulero… y la guinda del pastel, la edad. Cada vez tenemos los hijos más tarde, y las mujeres tenemos un reloj biológico, y nuestros óvulos también. Y es por esto que cada día hay más clínicas de reproducción asistida, y cada vez más pacientes en esas clínicas, ¡claro!
Ya han pasado unos cuantos años desde que se hizo la primera Fecundación in Vitro (FIV), hace ya 40 primaveras. Este tiempo para la medicina es un suspiro, teniendo en cuenta que la penicilina se descubrió hace casi 100 años, por ejemplo, y si hablamos de la medicina china entonces hemos remontarnos a más de 2000 años. Lo que quiero transmitir con esta información es que en la reproducción asistida estamos “en pañales”. Y es por esto que los porcentajes de éxito que se ofrecen van desde un 20% hasta un 60% dependiendo de la técnica que se utilice.
Después de pasar más de 7 años en la reproducción asistida trabajando con Embrióloga, tomé conciencia de que había más factores a tener en cuenta. Factores importantes para aumentar la fertilidad de los y las pacientes que nos ayudarían a mejorar notablemente estos resultados, y creé la disciplina “Fertilidad Integral”. En la fertilidad integral tenemos en cuenta la alimentación, la suplementación natural, el ejercicio físico, el sueño (ritmos circadianos), el estrés, las emociones… porque no somos un útero o unos ovarios que trabajan por su cuenta, somos seres integrales. Somos un todo y todo afecta a nuestro sistema hormonal, y por tanto a nuestra fertilidad.
En Onêt diseñamos planes a medida para las mujeres y hombres que van a someterse a un tratamiento de Reproducción asistida. Con estos planes buscamos ayudar a mejorar los resultados de estas técnicas.
La edad no la podemos cambiar, la naturaleza es la naturaleza, pero todo lo demás sí. Por lo tanto, ¡está en nuestras manos mejorar nuestra fertilidad! No hemos de olvidar que existe la Epigenética, que desde el año 1942 ya nos vienen advirtiendo de que el ambiente (tóxicos, estrés, emociones, alimentación…) pueden modificar la actividad de nuestros genes. Por lo tanto, no todo está escrito, tenemos a nuestro alcance mejorar o empeorar nuestra salud reproductiva.
A rangos generales podríamos dividir la Fertilidad Integral en distintos apartados:
- Alimentación: todos sabemos que somos lo que comemos, y no solo porque nos pueda provocar un colesterol alto o una diabetes. Sino también un empeoramiento de una endometriosis o un síndrome de ovario poliquístico, pero también de un hipotiroidismo o un hiperestrogenismo. Por no hablar de la importancia del hígado en la fertilidad o la función de nuestro intestino. Y por todo esto, y muchísimo más, adoptar unas pautas alimenticias saludables y personalizadas es importante para mejorar esperma y óvulos.
- Realizar un estudio de análisis clínicos exhaustivo e integral: Normalmente los estudios de fertilidad se enfocan en la ovulación, la reserva ovárica, la calidad seminal y la permeabilidad de las trompas de Falopio. Pero hay muchísimo más que interfiere en la fertilidad. Por ejemplo, hacer un estudio completo de vitaminas, minerales, virus, bacterias, microbiota intestinal, microbiota endometrial, autoinmunidad, coagulación, aminoácidos, factores de inflamación… todo ello repercute tanto en la fertilidad femenina como en la masculina.
- Complementos: Por desgracia, por muy sano que nos alimentemos, cada vez los alimentos tienen menos nutrientes. Por poner un ejemplo, el Zinc (mineral esencial para óvulos y esperma) cada vez es menos en lo que comemos. Hemos explotado tanto los suelos que ya no tienen los nutrientes que tenían hacen unas décadas, y eso hace que las verduras, frutas, los animales que comen esos alimentos… tengan cada vez menos minerales, como el zinc. Esto, y muchas otras razones, es lo que nos obliga en muchas ocasiones a dar suplementos a los pacientes. Porque vienen con muchos déficits que interfieren negativamente en su fertilidad. Además, sabemos que la absorción de los nutrientes se realiza en el intestino. Y por el tipo de vida que llevamos, ese intestino cada vez está peor y con menos diversidad de microbiota. Esto es solo un ejemplo, pero a nivel hormonal también podemos recurrir a suplementos para rebajar la hiperestrogenismo, la resistencia a la insulina, el hipotiroidismo…
- Ejercicio: tanto el exceso como el defecto del ejercicio afecta directamente a nuestra fertilidad, es por esto que debemos personalizar también esta práctica. Ya que es necesaria para nuestra regulación hormonal, pero puede acabar provocando el efecto contrario.
- El estrés: uno de los peores tóxicos para nuestro organismo. El estrés nos está enfermando, y la fertilidad es salud. La gestión de estrés debe de formar parte de un tratamiento de fertilidad.
- Tóxicos: los tenemos en la comida, bebida, ropa, cremas, maquillajes, muebles, en la calle… por eso también desde Onêt consideramos una parte importante del tratamiento integral de fertilidad. Aprender a detectarlos y poco a poco eliminarlos de nuestra vida. Y a su vez, ayudar (con suplementación y alimentación) a trabajar al hígado para que no se sobrecargue con tanto trabajo…
- Emociones: además del estrés y las alteraciones que provoca a nuestra sistema nervioso y hormonal, hemos de tener en cuenta las circunstancias de esa mujer o pareja. Valorar la historia emocional, porque es otro factor que también interfiere en la fertilidad.
Y por esto (y mucho más) dejé la Reproducción asistida y creé la Fertilidad Integral (Onêt). Para hacer trajes a medida de mujeres y hombres para llegar de una manera más fácil, rápida y sencilla a ese bebé tan deseado.